A San Vicente Ferrer se le atribuyen numerosos milagros. Entre ellos, quizás el más renombrado sea el “del mocadoret”.
Cuenta la tradición que el santo estaba predicando en la plaza del Mercat y soltando un pañuelo (mocadoret) al viento dijo a los fieles que escuchaban su sermón que si seguían su vuelo, el pañuelo les llevaría hasta un lugar donde sus habitantes necesitaban ayuda urgente. El pañuelo los guió hasta una casa en la que una familia estaba muriendo de hambre y así pudo recibir la caridad de las buenas gentes de Valencia.
En la fachada del numero 5 de la plaza conocida precisamente como Miracle del Mocadoret existe un retablo cerámico que conmemora aquel milagro.
Al principio de la calle del Rosario existe un amplio edificio construido en ladrillo caravista. Se trata de un molino de arroz de principios del S. XX que fue rehabilitado para albergar dos museos.
Uno de ellos está dedicado a la Semana Santa Marinera y exhibe vestidos de distintas hermandades, estandartes e imágenes procesionales entre otros objetos.
El otro museo está dedicado al Arroz, y gracias a la recuperación de la maquinaria original del molino, hoy en día podemos contemplar de manera interactiva el proceso de elaboración de este alimento fundamental de nuestra cultura gastronómica.
La Iglesia de San Martín alberga la que se ha venido a considerar como obra maestra de la escultura flamenca del Renacimiento en España.
Este grupo escultórico representa a San Martín a caballo entregando su capa a un pobre. Fundido en bronce en Flandes a finales del S. XV, fue una donación de un caballero apellidado Peñarroja. Consta de cuarenta piezas, pesa casi 1500 kilos y es prácticamente de tamaño natural.
La estatua se encuentra situada en una hornacina sobre la portada de la iglesia recayente a la calle San Vicente.
El Copón de Miaja es como se conoce a un bunker construido en la playa del Saler por orden del general republicano Miaja en 1938 como medida de defensa ante un eventual ataque de las tropas franquistas.
El bunker, con más de 500 m2 de galerías, en la actualidad se encuentra sellado, aunque todavía es visible la torreta de 15 metros de diámetro que servía de base para un cañón de artillería antiaérea, procedente del Buque Jaime I, conocido por ser el barco que trajo los restos mortales de Blasco Ibáñez para ser enterrados en su tierra.
Se cuenta que los cañones fueron a parar a la costa gaditana cerca de Tarifa y Gibraltar, donde aún se conservan, aunque en desuso.