Al estallar la Guerra Civil, el gobierno republicano se trasladó a Valencia. Muchos edificios de la capital fueron ocupados entonces por organismos oficiales.
El lujoso hotel Metropol, se convirtió en la sede de la Embajada Soviética. Allí operaba a nivel nacional el NKVD, el servicio secreto que sería conocido años más tarde como la KGB. Sus habitaciones albergaron personajes dignos de una buena película de espionaje como Alexander Orlov, el responsable del traslado del famoso “Oro de Moscú” desde España hasta la URSS.
Actualmente el hotel se ha transformado en un edificio de oficinas y está situado en la calle Xátiva, frente a la Plaza de Toros.
En Valencia todavía se conservan hornos de tipo de moruno de los que se utilizaban para la elaboración del pan. Aunque muchos todavía siguen funcionando para lo que fueron construidos, otros sin embargo han terminado ejerciendo un papel muy distinto.
En la calle San Ramón, junto al Mercado de Mossén Sorell existía una antigua panadería que a principios de los 70 fue reconvertida en bar de copas. El local bautizado (por razones obvias) como “El Forn” fue uno de los pioneros de la noche valenciana al igual que Capsa, Barro o Christopher Lee.
Más de cuarenta años después, El Forn aún sigue sirviendo copas. Y todavía conserva en buen estado el horno moruno, cuyo interior fue habilitado como “reservado” del local. Piezas originales de la panadería como el molino de harina, la divisora de masa o las palas de pan se han convertido en elementos decorativos del bar.
LA MURALLA ARABE DE VALENCIA: CENANDO JUNTO AL MAYOR TRAMO CONSERVADO DE MURALLA
Como ya hemos comentado en alguna ocasión, son varios los tramos de la muralla árabe del S. XII que se conservan en la ciudad. Algunos de ellos se encuentran integrados en establecimientos públicos. Es el caso del tramo de mayor tamaño que lo podemos encontrar en un entorno envidiable, dentro de Alma del Temple, un restaurante que ha sido elegido recientemente como uno de los 10 más bonitos del mundo.
Pocos son los restos del circo romano de Valencia que se conservan, y menos aun aquellos que se pueden visitar.
Sin embargo, es posible comer literalmente encima de lo que era la arena del circo o bien junto a lo que fue su graderío. Ambos restos son visibles en el restaurante Soho del Mar, situado en la calle del Mar.
En la fotografía se aprecia la zona de la arena bajo las mesas y la pared del graderío al fondo del local con iluminación azulada.
Situado en la calle Marques de Caro, en pleno corazón del barrio del Carmen, el Cinematógrafo Caro fue construido en 1910 como un proyecto innovador en nuestra ciudad, que podríamos considerar como un pionero del concepto de multicines actuales.
Consistía en dos salas de proyección separadas por una cafetería, en las cuales debían proyectarse películas mudas acompañadas por música de piano en directo. La realidad es que solo llegó a funcionar una sala. La otra sala se convirtió en los años 30 en el Cine Museo que estuvo en funcionamientos hasta finales de los 80, en que acabó sus días convertido en aquel entrañable “Pasaje del Terror” que muchos tal vez recuerden.
De todo el conjunto solo se conserva el frontis de la fachada del Cine Caro integrado en el patio del Colegio Santa Teresa. Su decoración floral es uno de los ejemplos más hermosos del estilo “sezessión vienesa” en Valencia.
¿Quién no recuerda aquellas cajitas metálicas redondas de color rojo del ungüento Cañizares que durante décadas sirvió para curar granos y forúnculos varios? Este famoso remedio fue inventado por la familia Cañizares, estirpe de farmacéuticos de Valencia que fueron dueños de varias farmacias en nuestra ciudad. Aunque aquellas boticas del S. XIX ya no funcionan como tal, los negocios que ocupan hoy en día sí han sabido conservar su fisonomía y encanto originales. Una de ellas, situada en la calle Caballeros, está ocupada por el popular Café Sant Jaume. La otra, frente al Mercat Central, es actualmente una tienda especializada en productos gourmet de la Comunitat Valenciana.
Y una administración de loterías, y una inmobiliaria…
El Convento de la Encarnación se encuentra situado en la calle Balmes. Su fachada lateral recayente a la calle Guillem de Castro está llena de locales comerciales ubicados en espacios pertenecientes al convento. Esto se debe a que el edificio original del S. XVI fue reconstruido durante el S. XX y se aprovecharon dichos espacios como locales comerciales para sufragar los gastos de la comunidad religiosa.
Este convento, además, guarda otra curiosidad. En él se guarda la que se considera la imagen de la Virgen más antigua de la ciudad. Esta imagen es conocida como La Moreneta y es del S. XIII.