Hoy celebramos la festividad de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad de Valencia, al que la gente llama popularmente “el de las cruces para dentro”. Es habitual en este día recorrer los lugares relacionados con el martirio y muerte del santo.
Uno de los lugares que no debe faltar en el recorrido es la iglesia barroca de Santa Mónica, situada al otro lado del puente de Serranos, a la entrada del barrio de Sagunto. En su interior se conserva una columna de piedra de origen romano que perteneció al desaparecido Mesón de las Dos Puertas o de Aragón, que estaba a espaldas de la iglesia. Según la tradición, San Vicente fue atado a ella la primera noche de su llegada a Valencia para ser juzgado.
Dicha tradición queda reflejada en el texto escrito en el bello retablo cerámico que enmarca la columna: “Padrón de inmortal memoria serás o pilar sagrado donde Vicente fue atado por dar a esta calle gloria. Tradición es bien notoria que en esta casa o mesón hizo una noche mansión de Daciano a la inclemencia viniendo preso a Valencia desde el Reyno de Aragón”.
En otro lugar del templo una placa nos recuerda la procedencia de la columna y como llegó hasta aquí: “La columna del mártir San Vicente fue trasladada a este lugar con autorización del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Valencia Dr. D. Marcelino Olaechea y Loizaga, en julio de 1960, al ser expropiada y derribada para ensanche de la calle, la casa-mesón que la conservaba en la calle Sagunto número 13 (antes 25), sita a espaldas de este capilla del templo parroquial de Santa Mónica y a sólo 20 metros de distancia”.
En la población de Siete Aguas se encuentra la Cruz Pairal (o Peirón), que cuenta con una singularidad que la diferencia de otras cruces de término similares: fue erigida para señalizar la frontera entre los reinos de Castilla y Valencia.
Construida en 1432 por orden del Conde Berenguer-Mercader marcó el límite de ambos reinos hasta 1851, año en que la comarca castellana de Utiel-Requena fue incluida en la provincia de Valencia convirtiendo así al rio Cabriel en la nueva frontera oficial.
La cruz, de estilo gótico flamígero, está labrada con motivos religiosos representados por las figuras de San Antonio, San Francisco, Cristo Crucificado y la Virgen con el Niño. Un trenzado vegetal enlaza por ambas caras el escudo de armas de los Berenguer-Mercader. Aunque la base y la columna han sido restauradas, el capitel y el crucero son los originales.
En origen, la Cruz Pairal estuvo situada en la partida de las casas de la Contienda, junto al Camino Real. Tras varios cambios de emplazamiento, actualmente se encuentra ubicada en el parque de la Glorieta, a la entrada a Siete Aguas.
Hemos empezado el año con una nueva colaboración en el espacio dedicado a Leyendas del programa "La noche con Rosa Rosado" de Cope Radio. En esta ocasión hemos hemos conversado con Rosa y José Talavera acerca de la leyenda de la serpiente Sanxa, inmortalizada por Blasco Ibáñez en su novela Cañas y barro. Podéis escucharlo en el podcast a partir del minuto 20:40.
Nueva colaboración en el espacio dedicado a Leyendas del programa "La noche con Rosa Rosado" de Cope Radio. Hemos desvelado con Rosa y Jose Talavera el origen de la conocida canción popular "Que llueva, la Virgen de la Cueva", relacionada con la leyenda de la aparición de la Virgen en el santuario de la Cueva Santa en Altura (Castellón).
Podcast: https://www.cope.es/programas/la-noche-con-rosa-rosado/leyendas-con-jose-talavera/audios/leyendas-con-jose-talavera-virgen-cueva-cruz-caravaca-20190608_770201
En ocasiones, los descubrimientos de nuestro patrimonio cultural más insólitos se realizan de la manera más insólita, valga la redundancia. Hace unos días me acerqué a la capilla del Cementerio General para preparar una futura entrada para el blog. Coincidió con la misa de 11, así que esperé respetuosamente a que acabasen los oficios para empezar a hacer fotografías. Todo el mundo se había marchado, excepto un señor de avanzada edad que permaneció sentado en el banco. Cuando vio que yo empezaba a fotografiar el interior de la capilla se interesó por mi labor. Le expliqué a que me dedicaba y para que hacía aquellas fotos. Y entonces me hizo el insólito descubrimiento…
Me mostró unos pebeteros dorados adornados con el escudo de Valencia situados a ambos lados de la puerta de entrada a la capilla y me comentó que son los mismos que se utilizaron para el funeral del escritor Vicente Blasco Ibáñez. Me relató que su abuelo, ferviente seguidor de las ideas republicanas de Blasco, había asistido en 1933 a aquella multitudinaria procesión cívica en la que fueron trasladados los restos del escritor –fallecido 5 años antes en Menton, Francia- hasta el Cementerio General. Me contó que su familia había guardado fotografías y recortes de prensa de la época y me animó a que indagara en los archivos para corroborar su historia.
Y así lo hice. Consultando diversas fuentes gráficas pude comprobar que, efectivamente, aquel anciano tenía razón y que aquellos eran los pebeteros que se habían utilizado en el funeral de Blasco. Un hermoso hallazgo que demuestra que todavía es posible encontrar detalles casi desconocidos en nuestra ciudad. Hallazgo del que debo agradecer profundamente a aquel ilustre desconocido del cual nunca supe su nombre.
Durante la Noche de Difuntos, víspera de Todos los Santos, siempre ha existido la costumbre de contar historias de terror imaginarias. O reales…como aquel suceso espeluznante que acaeció a principios del siglo XIX en la calle de Cerrajeros (o dels Manyans), en el entorno de la plaza del Mercado.
El cronista Pau Carsí afirmaba en uno de sus dietarios que en esta calle un barbero regentaba un establecimiento en el cual asesinaba a los incautos que entraban a afeitarse para robarles y luego con su carne se elaboraban pasteles que se vendían en una pastelería próxima.
Son evidentes los paralelismos con su coetáneo inglés, el legendario Sweeney Todd, el barbero diabólico de Fleet Street, que inspiró un musical a Stephen Sondheim y la posterior adaptación cinematográfica de Tim Burton protagonizada por Johhny Depp.
¿Quién no se ha emocionado alguna vez escuchando La Maredeueta de Concha Piquer? Una trágica historia de amor y redención compuesta en los años 20 por Manuel Penella para una Conchita Piquer en los albores de su trayectoria artística, que captura magistralmente todo el fervor popular que el pueblo valenciano vuelca sobre su patrona, la Virgen de los Desamparados, festividad que hoy celebramos.
Concha Piquer, una de las grandes voces de la música española y valenciana universal, nos legó un compendio de coplas que han quedado enraizadas en la memoria de generaciones: Ojos verdes, Tatuaje, En tierra extraña, La Lirio, Romance de Valentía…. La tonadillera nació en la calle Ruaya, en el barrio de Sagunto, en una casa hoy convertida en museo. La casa fue construida sobre el año 1900 y responde a la tipología de vivienda unifamiliar de clase obrera, con planta baja y piso. En su interior contrasta la sencillez del mobiliario de una casa humilde similar a tantas otras de la época con el glamour y oropel de los objetos expuestos pertenecientes a la carrera profesional de la artista: indumentaria, joyas, fotografías, una recreación de su camerino y –como no- los famosos “baules de la Piquer”.
Una curiosidad: Concha Piquer también cantó una copla a ritmo de zambra con letra de Rafael de León y música del maestro Solano llamada 13 de Mayo…que casualmente es la fecha de hoy.
Este fin de semana se estrena la nueva película de Los Vengadores, la famosa y rentable saga de superhéroes ideada por la Marvel. Iron Man, Hulk, Capitán América, Spiderman y demás tienen como sede un rascacielos conocido como Torre Stark, reconocible por su logotipo consistente en una característica letra A mayúscula (A de Avengers), encerrada en un circulo.
En teoría, el rascacielos se encuentra en Nueva York, pero si paseamos por la zona de Nou Campanar nos toparemos con un edificio que luce en su fachada un logotipo con un sorprendente parecido con el de la Torre Stark. ¿Acaso Los Vengadores tienen aquí una sucursal donde trasladarse en el supuesto de que los supervillanos ataquen su sede principal?
Y es que deambular por Valencia nos permite hallar, además de vestigios históricos, artísticos o etnológicos, estos pequeños placeres frikis.
Puede que cuando pasemos por la calle de Hernán Cortés reparemos en una fachada con un rótulo escrito con una tipografía art-decó muy característica que igual ya hemos visto en otros puntos de la ciudad como son los refugios antiaéreos de la Guerra Civil o la Sala Jerusalem. Dicho rótulo nos recuerda que en dicho lugar se encontraba el Cine Metropol, una sala diseñada por Javier Goerlich e inaugurada en 1934 aprovechando los bajos de un edificio construido en 1880. Durante casi siete décadas, este cine alternó películas de estreno, reestreno y programas de cine-estudio hasta que un incendio provocó su cierre en 2001.
Aunque no es el cometido de este blog, si me lo permitís, hoy os quiero contar una anécdota personal sobre esta sala de cine, que para mí supuso una de las experiencias cinematográficas más insólitas que como espectador he podido vivir.
Proyectaban aquel día un programa doble de películas de terror. Una de ellas era una producción titulada Demons dirigida por Lamberto Bava en 1985. El argumento de la película trataba de un grupo de personas que iban al cine a ver una película de terror y lo que sucedía en la pantalla poco a poco se iba repitiendo en el patio de butacas. Si no era suficientemente metacinematográfico e inquietante ir al cine a ver una película de “unos que iban al cine a ver una película y les pasaba lo mismo que les pasaba a los de la película” resultó que además la sala de cine que aparecía en las imágenes se llamaba…!Metropol! Pero lo mejor (o lo peor, según se mire) vino luego, cuando en un momento álgido de la proyección se produjo un apagón que dejó en la más completa oscuridad la sala, incluyendo pantalla y luces de emergencia. Durante unos interminables minutos, la gente asustada se puso a gritar frenéticamente hasta que volvieron las luces y la proyección se reanudó como si nada hubiese pasado.
Esta historia de terror la recuerdo con mucho cariño, pero mucho me temo que la autentica historia de terror que está a punto de suceder no la recordaré con tanto agrado, porque el Cine Metropol va a ser pronto derribado para construir un hotel. De nada sirven los valores artísticos de su estilo art-decó, ni de que se trate de un proyecto de un arquitecto prestigioso como Goerlich, ni mucho menos la memoria sentimental de varias generaciones de cinéfilos valencianos. El Cine Metropol va a ser asesinado como en las películas de miedo, porque por desgracia la realidad siempre es más terrorífica que la ficción.
Ahora que parece consolidarse lo de celebrar las Campanadas de Fin de año a lo grande en la plaza del Ayuntamiento, no está de más recordar que dicha actividad lúdica se viene celebrando desde hace 23 años en la popular plaza de Patraix, reconvertida para la ocasión en nuestra particular Puerta del Sol valenciana.
A falta del famoso reloj de la Casa de Correos madrileña, es el del campanario de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús el encargado de marcar el tránsito al año nuevo. El templo que preside la plaza, de estrecha volumetría alargada y esquinera, es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón sin capillas laterales. Su inusual planta se debe a que fue construido sobre el solar de unas dependencias –seguramente caballerizas- del antiguo palacio señorial de Patraix. El coqueto campanario octogonal fue remodelado en 1917 por el reconocido arquitecto Javier Goerlich.