Los famosos leones de bronce que presiden el congreso de los Diputados en Madrid no son los originales. Antes que ellos hubieron otros que hubieron de ser retirados porque no eran lo suficientemente imponentes para tan importante edificio y porque según el sentir popular mas parecían "perros rabiosos" que leones. El caso es que fueron vendidos y vinieron a parar a Valencia, concretamente a los Jardines de Monforte, donde se dedican a posar en las fotos junto a tantas y tantas parejas de recién casados.
Se cuenta que el artesonado del Salón Dorado del Palau de la Generelitat esta recubierto con el oro del primer cargamento que llegó a España procedente de América. Se lo regaló Colón al valenciano Luís de Santángel en agradecimiento por haber financiado su expedición.
Se cuenta la anécdota de que el dueño del caballo que sirvió de modelo al escultor de la estatua de Jaime I situada en Parterre, quiso dejar un recuerdo dentro del caballo de bronce al ser fundido. El objeto elegido fue su gorro de soldado, pero sin percatarse que dentro de este tenía guardados los ahorros de toda su vida. Si esto es cierto, gorro y dinero deben permanecer aun hoy en día en el interior de la estatua.
Ayer, dia de San Miguel, tuvo lugar un curioso fenomeno en el Monasterio de San Miguel de los Reyes que se repite todos los años a la misma hora. Entre las 9.30 y las 10.00 de la mañana un rayo de sol entra por una estrecha ventana y señala la cripta en la cual está enterrada la Reina Doña Germana de Foix.
Cuenta la leyenda que hubo un tiempo en el cual un terrible dragón atemorizaba a las gentes de la huerta de Valencia. Un héroe anonimo acabó con él cegándolo con su armadura de espejos que reflejaba la luz del sol y atravesandolo con una lanza.
El dragón disecado (en realidad un caimán donado por el Virrey del Perú) podemos verlo hoy en día en la entrada de la iglesia del Patriarca.