En el Paseo de la Pechina, a la altura de la antigua cárcel de mujeres, el pretil del rio rompe su largo trazado creando un recoveco a modo de balcón sobre el antiguo cauce del Turia. Frente a él se conserva un banco de piedra que data de 1756, según reza la inscripción que aparece tallada en su respaldo.
Desde este banco los magistrados de la Junta de Murs i Valls de Valencia (institución de origen medieval encargada de la construcción y mantenimiento de las obras publicas de la ciudad) controlaban y registraban el paso de maderas procedentes de la comarca de los Serranos que eran conducidas flotando sobre el rio por ganxers hasta el embarcadero que había aguas abajo.