Aprovechando la excusa del cambio horario durante esta madrugada, que mejor plan que acercarnos al Puerto a visitar (precisamente) el Edificio del Reloj.
Este edificio de delicada factura es la entrada al puerto tanto para los viajeros que llegan por mar como los que acceden desde la ciudad. Inaugurado en 1916 como estación marítima, debe su característico aspecto afrancesado –acentuado por su cubierta en mansarda con lucernarios– a que fue construido a imitación de la Gare de Lyon de París.
Aunque en sus buenos tiempos albergó todos los servicios imprescindibles para los viajeros como despacho de billetes, facturación de equipajes o una sala de esperas para 150 personas, en los años 80 perdió su función original con la construcción de una nueva estación marítima anodina y funcional.