Hoy celebramos la festividad del 9 de Octubre, con la figura del rey Jaume I como icono recurrente. Como recuerdo, el conquistador cuenta en Valencia con una estatua ecuestre en el Parterre y con una calle modesta y estrecha en el casco antiguo, que muchos cuestionan que no es merecedora de la talla de la figura histórica a la que está dedicada.
Puede que no les falte razón, pero esta calle y sus adyacentes- rotuladas precisamente como Conquista y Moro Zeit, en honor al último gobernador almohade de Valencia- son un hito urbanístico , ya que forman parte de la que posiblemente sea la primera operación inmobiliaria llevada a cabo en la ciudad, lo que hoy conocemos como un P.A.I. (Plan de Actuación Integral).
En el espacio delimitado por las actuales calles de Murillo, Palomar, Quart y Bolsería existió el importante convento de la Puridad, fundado en 1239, tras la entrada de Jaume I en Valencia. Tras su desamortización en 1836, fue derribado, y sobre su solar se desarrolló una operación urbanística (y especulativa) consistente en la creación y apertura de las calles Moro Zeit, Conquista y Rey Don Jaime. El resultado fue un conjunto de edificios residenciales finalizado por el arquitecto Antonino Sancho en 1850, para la burguesía acomodada de la época, que por entonces empezaba a buscar vivienda en distinta ubicación a la de sus lugares de trabajo, en contraposición a las tradicionales vivienda-taller que habían imperado hasta el momento.
Al igual que las zonas residenciales actuales, el conjunto tiene un carácter unitario, con edificios entre medianeras, con idéntica fachada y similar distribución interior.