Se celebra un año más el multitudinario acto del Traslado de la Virgen de los Desamparados donde miles de valencianos dan rienda suelta a la devoción por su patrona. Pero es posible que haya quien prefiera transmitir sus sentimientos a la Geperudeta de un modo más íntimo, alejándose del epicentro del fervor popular y evitando aglomeraciones masivas.
La solución consiste en visitar cualquiera de las múltiples imágenes que se encuentran diseminadas por la ciudad. De alguna de ellas ya hablamos aquí en su momento, como la de la Capilla del Capitulet o la que se encuentra en el fondo marino frente al Puerto.
Pero hay muchas más: podemos visitar la imagen que recibía a las cigarreras que trabajaban en la antigua Tabacalera; sobrecogernos bajo la mirada de la escultura que desde 1807 vela por el descanso eterno de los fallecidos en lo alto de la capilla del Cementerio General; detenernos ante las dos efigies –una en la planta baja y otra en la cornisa superior- que presiden uno de los bloques del grupo de viviendas sociales Virgen de los Desamparados de Patraix, construidas en los años 40 por el Arzobispado presidido por la figura de Marcelino Olaechea; o pasear pausadamente por el puente del Mar y contemplar en uno de sus casilicios la escultura de mármol que en 1946 creó Vicente Romero, última de una serie de imágenes anteriores destruidas por riadas, vandalismo o actos de guerra.
Esto solo es un botón de muestra, pero tal vez nos interese guardarnos algún lugar para visitar a la Mare de Déu el año próximo.