Un año más celebramos la festividad del santo patrón de nuestra ciudad y como siempre retomaremos la clásica conversación de si la fiesta es de “cruces para dentro” o de “cruces para afuera”. De las cruces de término de la ciudad de Valencia ya hemos hablado en otras ocasiones. Pero hoy nos vamos a detener ante la más desconocida de ellas: la situada en el Camí Vell de Picassent.
El Camí Vell de Picassent partía antiguamente del Cementerio General y atravesaba la Huerta de Favara en dirección a la población de Picassent. Las obras del cauce nuevo del Turia fragmentaron el curso del camino. La cruz se halla en un tramo de este camino situado entre la carretera de Alba y la V-30, interrumpido por la autovía y sin salida a esta. Su tipología es similar al del resto de cruces históricas de la ciudad y podría tener sus orígenes en los siglos XIV o XV. Junto al crucero, un puentecillo sobre una acequia da acceso a la parte trasera de la Ermita de la Aurora, cuyo empedrado esta presidido por otra cruz muy curiosa.
Al no ser lugar de paso, su emplazamiento convierte a este conjunto en un lugar secreto y casi invisible de bucólica belleza.