Hubo un tiempo en que la moderna zona residencial donde confluyen los barrios de Benicalap y Ciudad Fallera -hoy conocida como Nou Benicalap- era un idílico paisaje de huerta que rodeaba el antiguo núcleo rural de las Barracas de la Lluna.
Este núcleo era atravesado por un camino que partía de Benicalap y desembocaba en el histórico Cami Vell de Godella, propiciando no pocos paseos y meriendas al atardecer a los vecinos de la zona. Las barracas desaparecieron hace décadas, y las alquerías fueron absorbidas por la nueva edificación creando una suerte de plazas donde conviven de manera descontextualizada viviendas habitadas, otras en estado ruinoso y alguna que otra rehabilitada.
¿Y qué tiene que ver todo esto con las Fallas? Además de su proximidad al barrio donde se construyen los monumentos falleros, una de las alquerías se ha convertido tras su rehabilitación en la sede de la Federación de Fallas Benicalap-Campanar.