Una de las teorías más difundidas sobre el origen de las Fallas es la que habla de la antigua costumbre del Gremio de Carpinteros de quemar los trastos viejos el día de San José, su patrón.
El Gremio de Carpinteros o “fusters” es de los más antiguos de la ciudad, remontándose al S. XIII. Tiene su sede gremial en una casona del S. XVIII situada en la calle Balmes, en pleno barrio de Velluters. Destaca su portada de piedra con los símbolos gremiales labrados en ella y su fachada posterior de reminiscencias castellanas. En su interior es de admirar el artesonado de madera de la sala de juntas. Según se dice cada casetón del artesonado fue realizado por un maestro carpintero distinto que le imprimió su propio estilo personal.