A lo largo de esta semana se han celebrado en el barrio de Sagunto las fiestas dedicadas al Santisímo Cristo de la Fe. Y que mejor ocasión para acceder a uno de esos interiores insólitos y habitualmente cerrados al público en general como son los campanarios de las iglesias, y concretamente al del templo de Santa Mónica. Si además tenemos la oportunidad de presenciar en vivo el volteo manual de las campanas entonces la experiencia se convierte en sobrecogedora.
Aunque la iglesia de Santa Mónica data del S. XVII, su campanario es una obra temprana del notable arquitecto Javier Goerlich, que sustituyó las dos espadañas que coronaban la fachada por una torre inspirada en los campanarios tradicionales valencianos. Fue inaugurada en 1915 y consta de siete campanas: María, Mónica, Santísimo Cristo de la Fe (la más antigua), Salvador(la más pesada -810 kilos-), Francisco, Agustín Mauricio y la Señalera (la única que conserva la instalación original).