La iglesia del Salvador (situada en la calle del mismo nombre) tiene la consideración de ser el primer templo cristiano construido sobre una mezquita tras la Reconquista de Valencia por parte de Jaime I.
Posee, además, una serie de elementos constructivos que le dan un toque de distinción; como pueden ser la cripta, las gárgolas renacentistas y sobre todo su campanario románico, único ejemplar existente en la ciudad.
Pero aquello que más impacta al visitante es la imponente imagen del Cristo que preside el altar. La talla de madera policromada, de tres metros de altura y 300 kilos de peso fue construida en el S. XIII, lo que convierte al Cristo del Salvador en el más antiguo de Valencia.
Cuenta la leyenda, que la imagen fue tallada por Nicodemo tras presenciar el descendimiento de Cristo de la cruz. Esta fue llevada por los discípulos de Jesús hasta Beirut donde fue arrojada al mar durante la guerra con los musulmanes con la intención de salvarla. Milagrosamente, la cruz llegó hasta playas de Valencia donde remontando las aguas del rio Turia a contracorriente quedó varada cerca de la ermita de San Jordi (que años más tarde se convertiría en la parroquia del Salvador). Tras varios intentos de llevarla a la Catedral, la cruz volvía a aparecer en la ermita, por lo que se decidió dejarla en aquel lugar donde hoy todavía permanece.