Como es sabido la Catedral de Valencia alberga una de las reliquias más legendarias de la Cristiandad: El Grial o Santo Cáliz que utilizó Jesucristo durante la Ultima Cena.
Pero no es la única que se conserva en nuestra ciudad. La iglesia del Patriarca tiene una sala de reliquias que rivaliza con la de la Catedral en cuanto a cantidad y a lo sorprendente de su contenido. El registro del relicario afirma contener, siempre desde el punto de vista de la tradición católica, desde cabellos de Jesucristo hasta parte del mantel de la Ultima Cena y del Sudario con el que fue enterrado. Pero la que se considera una de las reliquias más valiosas es el fragmento de la corona de espinas de la crucifixión. Se guarda en el interior de una custodia junto a dos piedras del Santo Sepulcro.
La corona de espinas propiamente dicha se venera en la catedral de Notre-Dame en París, pero muchas de las espinas están repartidas por diferentes lugares del mundo. El fragmento que se conserva en Valencia es de los más importantes puesto que posee cinco de las espinas.