Hay edificios que debido a su funcionalidad permanecen cerrados al público y no se permite su visita, salvo contadas excepciones. El depósito de aguas de Quart de Poblet es uno de ellos. Tuvimos el privilegio de acceder con los debidos permisos a su interior a raíz de un estudio que estábamos realizando sobre la llegada del agua potable a Valencia.
Cuando se inauguró la primera red de agua potable en Valencia en 1850 se construyó el depósito general o sala hipóstila (actual Museo de Historia de Valencia) en el límite del término municipal de Mislata. Pese a su amplia capacidad, pronto fue insuficiente para garantizar el abastecimiento de agua a la ciudad y en 1886 se hubo de construir un depósito auxiliar en Quart de Poblet (dependiente administrativamente de Valencia) . El arquitecto Joaquín María Belda proyectó un depósito de doble espacio rectangular con una capacidad de más de dos millones de litros con un cerramiento perimetral de ladrillo caravista y acabado de piedra en zócalos, embocaduras y gárgolas que le hace asemejarse más a un baluarte defensivo que a un depósito de agua.
El depósito todavía está en uso aunque el agua ya no se destina al consumo humano. En su interior se conservan en buen estado sus elementos más representativos: hall de entrada, aljibe, pasillos de servicio y sala de válvulas.