En 1851 se funda la congregación religiosa Siervas de María Ministras de los Enfermos. En 1872 la congregación se establece en Valencia, en un inmueble de la plaza de San Miguel. Al poco tiempo y gracias a una donación se trasladan a una cercana casona en la esquina de las plazas de Mossen Sorell y Tavernes de Valldigna. Aquí permanecerán hasta 1979, cuando se desplazan a un nuevo edificio en la calle San Dionisio, a espaldas del convento. Debido a la falta de vocaciones, las Siervas de María se ven obligadas a abandonar el convento en 2015, quedando sin uso hasta su adquisición por parte de una empresa de eventos.
Esta circunstancia ha permitido la apertura al público del espacio más emblemático del convento, la capilla de Santa Ana, una de esas joyitas ocultas de Valencia que merecían ser redescubiertas. Se trata de una capilla de estilo neogótico levantada en 1903 por el arquitecto municipal José Calvo, uno de los impulsores del Ensanche y autor a su vez de la iglesia de San Juan y San Vicente, con la que esta capilla guarda muchas similitudes. Como buen edificio neogótico, la capilla de Santa Ana es todo un compendio de elementos arquitectónicos que imitan el estilo medieval: bóvedas de crucería, arcos apuntados y conopiales, ojivas, vidrieras, parteluces…
Este fin de semana se celebra el festival Vibra Mahou con sesiones de Djs y actuaciones en directo de grupos musicales, convirtiendo la capilla en una insólita discoteca cuya hipnótica estampa es digna de película.