El barrio de Nou Moles, en el distrito de L’Olivereta, debe su nombre a un antiguo molino de la época islámica cuyas nueve muelas que le daban nombre eran movidas por las aguas de la acequia de Favara. En 1901 se convirtió en la tercera central eléctrica que se instauró en Valencia y la primera en producir electricidad utilizando la fuerza del agua. El molino estuvo en uso hasta 1929, año en que fue arrasado por un terrible incendio y lo pocos restos que quedaron fue demolidos en 1960.
En 1908 se construyó junto al molino una estación eléctrica en la que se quiso aunar la funcionalidad con una estética que anticipaba a la de los edificios de la Exposición Regional de 1909. No en vano, la central fue proyectada por el arquitecto Vicente Rodríguez, uno de los artífices de la Exposición. El edificio destaca por su fachada -a medio camino entre la de una estación ferroviaria y la de un mercado- con grandes ventanales que permitían la entrada de luz natural a sus salas de máquinas.
Merece destacar, como curiosidad, que en 1955 se amplió su línea eléctrica a 10000 voltios para poder alimentar a varias subestaciones que daban servicio a distintas líneas ferroviarias del trenet de cercanías. La central eléctrica de Nou Moles estuvo en funcionamiento hasta el año 2000.