El grupo de viviendas de Nuestra Señora de la Valvanera en el barrio de la Creu Coberta es uno de tantos que se levantaron a principios de los años 60 en plena fiebre del desarrollismo urbano. Su arquitectura funcional y anodina no es distinta al de resto de edificios residenciales de sus mismas características construidos en aquella época.
Pero este grupo de viviendas dedicado a la virgen patrona de la Rioja guarda en el interior de su manzana de casas algo que lo hace distinto a todos los demás: un mercado.
El mercado –del mismo periodo que el bloque de viviendas-permanece invisible a cualquier persona que pase por la calle y nada delataría su presencia si no fuese por dos portalones metálicos recayentes a la plaza de Santiago Suarez “Santi” con sendos carteles que señalan la entrada al recinto.
La Valvanera, hoy, resiste a duras penas los envites de la vida moderna y la competencia de supermercados y centros comerciales, añorando los tiempos en que las industrias cercanas –especialmente MACOSA, la pujante fábrica de locomotoras de tren- proveían de clientes a sus puestos de venta.