Con este nombre se conoce a una finca situada en el Camino de Farinós, justo en el límite de los términos municipales de Valencia y Alboraia. Esta construcción del S. XIX destaca por su enorme jardín de exuberante vegetación. Perteneció a Félix Robillard, el botánico francés que mediante la plantación de malvarrosas desecó la marjal que daría origen (y nombre) al actual barrio marítimo.