Hemos comenzado la semana con la maravillosa noticia de que nuestro libro ya va por la 5ª edición. Esto no sería posible sin el apoyo constante y continuado por parte de la Editorial Sargantana, tanto editores como el resto del equipo, así como los compañeros escritores con los que hemos compartido tan buenos momentos.
Y por supuesto, a todos vosotros , que con vuestra curiosidad hacéis que Valencia sea cada vez menos insólita.
Este domingo estaremos firmando libros eb la tradicional Fira de Paterna, que este año ya va por la XIV edición. Por la mañana estaremos en la caseta de la libreria Bibliomanía y por la tarde en la de Greyskull Comics. Os esperamos.
Hemos comentado en otras ocasiones que en Valencia llegaron a haber más de 200 refugios antiaéreos construidos o habilitados durante la Guerra Civil para proteger a la población civil de los ataques por parte de la aviación del bando nacional. Muchos de esos refugios han desaparecido, y los que todavía existen tienen el acceso restringido. Aunque alguno de ellos se puede visitar de manera esporádica, no están abiertos al público de manera permanente.
La rehabilitación y apertura a la ciudanía del refugio del Ayuntamiento viene a paliar este vacío y es un primer paso para poner en valor este importante patrimonio histórico tan injustamente olvidado. Ya se puede solicitar la visita bajo cita previa a este espacio que ha sido convenientemente musealizado con la exposición Tempestad de Ferro, que recorre la historia de los refugios de la capital.
El refugio del Ayuntamiento, de tipo abovedado, fue construido en 1938 bajo la dirección del arquitecto José Luís Testor con el objetivo de albergar hasta 700 escolares, puesto que esta parte del edificio bajo donde se encuentra fue en su día la Real Casa de la Enseñanza.
Hay experiencias que no tiene precio, y recorrer los tejados de la Catedral al atardecer es una de ellas. Se accede a los tejados por una escalera de caracol oculta en una de las capillas laterales del templo, y se accede al exterior por una torre rematada en un pináculo piramidal. Ahí arriba, lejos del mundanal ruido, tienes una perspectiva insólita de la propia Catedral y de los alrededores.
Contemplarás de cerca las azules cúpulas de teja vidriada, acariciarás con tus manos las ventanas de alabastro translúcido del cimborrio octogonal del S. XIV y pasearás bajos los arbotantes que sostienen la estructura pétrea.
Momentos únicos y emocionantes que, al igual que cantaría Bob Dylan, es como estar tocando a las puertas del Cielo.
Como todos los años, toca celebrar la fiesta del patrón de la Comunidad Valenciana. San Vicente nació en Valencia un 23 de Enero de 1350, y hasta hace poco era costumbre conmemorar esa fecha con una escenificación del bautizo del santo en la iglesia de San Esteban.
En el baptisterio de dicha iglesia se exponían 19 figuras policromadas y ricamente ataviadas, tantas como asistentes a la celebración del sacramento marcaba la tradición. Estas figuras, conocidas popularmente como bultos de San Esteve tienen su origen a finales del S. XVI, aunque las que se conservan en la actualidad fueron modeladas en 1788 por el artista José Esteve Bonet.
Los bultos han sido restaurados recientemente y lucen en todo su esplendor en el Ilustre Colegio Notarial de Valencia.
Ayer se inauguró en los Jardines de los Viveros y hasta el día 1 de Mayo la 52 Fira del Llibre de Valéncia, una cita ineludible con la cultura. Por si os apetece visitarnos, estaremos firmando libros el domingo 23 por la tarde en la caseta de la librería Bibliomanía y el sábado 29 por la tarde en la de la librería Patagonia. Os esperamos.
Como todos los años las parroquias del distrito marítimo viven sus días más especiales durante la celebración de la Semana Santa. Aprovechando las procesiones vale la pena visitar las principales iglesias y descubrir algunas de sus leyendas y curiosidades históricas.
La de Santa María del Mar en el Grao, por ejemplo, tiene su origen en el S. XIV, aunque el templo actual fue construido en el S. XVII. En su interior alberga la talla de un Cristo crucificado, conocido cariñosamente como el Negret por su color oscuro. Cuenta una hermosa leyenda que en 1411 la talla llegó desde el mar flotando por el rio sobre una escalera de 33 peldaños. El rio Turia ejercía de frontera natural entre el Grao y Ruzafa (entonces municipios independientes). Como ambos poblados se disputaban la posesión del Cristo, las autoridades decidieron lanzar de nuevo la talla al mar para ver hacía donde se dirigía. Las aguas condujeron la talla hasta la orilla del Grao.
Y si las aguas protagonizan la leyenda, también lo hacen de un hecho histórico decisivo. Adosada a la fachada principal de la iglesia se encuentra una fuente con un niño sentado sobre una concha marina; Fue colocada en 1859 para dotar de agua potable a los vecinos del Grao, nueve años después de que la primera red de suministro se inaugurase en la capital.
La Agéncia Valenciana de Turisme, organismo dependiente de la Generalitat, ha publicado recientemente el libro-guía Valencia, Ciudad de la Seda, con motivo de la inclusión de la ciudad de Valencia en el programa internacional Ruta de la Seda, promovido por la Unesco para conservar y difundir el patrimonio de esta antiquísima ruta histórica.
En el libro se muestran distintos aspectos históricos y culturales relacionados con la fabricación y comercio de la seda, así como aquellos edificios y museos que se pueden visitar relacionados con los mismos.
Nosotros hemos tenido el inmenso privilegio de participar en el libro realizando las fotografías de varios de sus capítulos: los relacionados con el barrio de Velluters, el Colegio del Arte Mayor de la Seda, el Museo de la Catedral, el Museo de soldaditos de plomo l’Iber y el Museo de Cerámica González Martí.
Queremos agradecer a los compañeros de Caminart la oportunidad que nos han brindado de colaborar en este precioso proyecto tan necesario para poner en valor una industria como la sedera que durante siglos dio esplendor económico a nuestra ciudad.
Enero de 1937, Guerra Civil. El primer bombardeo sobre la ciudad de Valencia por parte del bando nacional convirtió en prioridad la defensa pasiva de la capital habilitando casi 200 sótanos y construyendo 41 refugios antiaéreos de carácter público.
El acceso a los refugios se regía por un sistema de sirenas que avisaba de los inminentes ataques aéreos; hasta nuestros días solamente ha llegado una de ellas: la situada en la azotea de un edificio de la plaza del Pintor Segrelles, frente a la Finca Roja.
Aprovechando la excusa del cambio horario durante esta madrugada, que mejor plan que acercarnos al Puerto a visitar (precisamente) el Edificio del Reloj.
Este edificio de delicada factura es la entrada al puerto tanto para los viajeros que llegan por mar como los que acceden desde la ciudad. Inaugurado en 1916 como estación marítima, debe su característico aspecto afrancesado –acentuado por su cubierta en mansarda con lucernarios– a que fue construido a imitación de la Gare de Lyon de París.
Aunque en sus buenos tiempos albergó todos los servicios imprescindibles para los viajeros como despacho de billetes, facturación de equipajes o una sala de esperas para 150 personas, en los años 80 perdió su función original con la construcción de una nueva estación marítima anodina y funcional.
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