Son varias las imágenes de la Virgen que podemos encontrar en nuestra ciudad, pero una de las más insólitas es una que se halla sumergida en el fondo del mar. Está ubicada frente al espigón del Club Náutico a 10 metros de profundidad. Fue esculpida en bronce por Ignacio Cuartero en 1977 e inicialmente estaba situada frente al faro pero tras unas obras en el Puerto fue restaurada y trasladada a su ubicación actual.
Todos los años, con motivo de su festividad, un grupo de submarinistas hacen una ofrenda floral a la Virgen.
El día 2 de de Mayo de 1808 se produjeron en Madrid los primeros levantamientos populares contra la invasión de ejército francés dando origen a la que se conoce como Guerra de la Independencia.
La sublevación en Valencia tuvo lugar el día 23 a través del simbólico y célebre grito del Palleter que enarbolando su fajín a modo de bandera declaró la guerra a los franceses.
De los enfrentamientos con el ejército de Napoleón Bonaparte todavía quedan huellas visibles en nuestra ciudad. Quizás el ejemplo más emblemático sea el de los cañonazos que recibieron las Torres de Quart y que aún hoy en día podemos observar claramente.
A San Vicente Ferrer se le atribuyen numerosos milagros. Entre ellos, quizás el más renombrado sea el “del mocadoret”.
Cuenta la tradición que el santo estaba predicando en la plaza del Mercat y soltando un pañuelo (mocadoret) al viento dijo a los fieles que escuchaban su sermón que si seguían su vuelo, el pañuelo les llevaría hasta un lugar donde sus habitantes necesitaban ayuda urgente. El pañuelo los guió hasta una casa en la que una familia estaba muriendo de hambre y así pudo recibir la caridad de las buenas gentes de Valencia.
En la fachada del numero 5 de la plaza conocida precisamente como Miracle del Mocadoret existe un retablo cerámico que conmemora aquel milagro.
Al principio de la calle del Rosario existe un amplio edificio construido en ladrillo caravista. Se trata de un molino de arroz de principios del S. XX que fue rehabilitado para albergar dos museos.
Uno de ellos está dedicado a la Semana Santa Marinera y exhibe vestidos de distintas hermandades, estandartes e imágenes procesionales entre otros objetos.
El otro museo está dedicado al Arroz, y gracias a la recuperación de la maquinaria original del molino, hoy en día podemos contemplar de manera interactiva el proceso de elaboración de este alimento fundamental de nuestra cultura gastronómica.
La Iglesia de San Martín alberga la que se ha venido a considerar como obra maestra de la escultura flamenca del Renacimiento en España.
Este grupo escultórico representa a San Martín a caballo entregando su capa a un pobre. Fundido en bronce en Flandes a finales del S. XV, fue una donación de un caballero apellidado Peñarroja. Consta de cuarenta piezas, pesa casi 1500 kilos y es prácticamente de tamaño natural.
La estatua se encuentra situada en una hornacina sobre la portada de la iglesia recayente a la calle San Vicente.
El Copón de Miaja es como se conoce a un bunker construido en la playa del Saler por orden del general republicano Miaja en 1938 como medida de defensa ante un eventual ataque de las tropas franquistas.
El bunker, con más de 500 m2 de galerías, en la actualidad se encuentra sellado, aunque todavía es visible la torreta de 15 metros de diámetro que servía de base para un cañón de artillería antiaérea, procedente del Buque Jaime I, conocido por ser el barco que trajo los restos mortales de Blasco Ibáñez para ser enterrados en su tierra.
Se cuenta que los cañones fueron a parar a la costa gaditana cerca de Tarifa y Gibraltar, donde aún se conservan, aunque en desuso.
El banco de piedra que se encuentra adosado al pretil del rio en la Alameda es posiblemente el más largo del mundo, pues mide más de 1 Km. de longitud. Comienza en el Puente del Real y termina en el de Aragón y solo está interrumpido por los puentes que se construyeron con posterioridad a su trazado.
La Alameda es un paseo histórico que guarda muchas curiosidades de las que, tal vez, hablemos mas adelante.
Pocos son los restos del circo romano de Valencia que se conservan, y menos aun aquellos que se pueden visitar.
Sin embargo, es posible comer literalmente encima de lo que era la arena del circo o bien junto a lo que fue su graderío. Ambos restos son visibles en el restaurante Soho del Mar, situado en la calle del Mar.
En la fotografía se aprecia la zona de la arena bajo las mesas y la pared del graderío al fondo del local con iluminación azulada.
El Museo Fallero se encuentra ubicado en la plaza de Monteolivete y en él se exhibe la colección de todos los “ninots indultats” desde 1934. El edificio que lo acoge fue en origen un convento dedicado a San Vicente de Paul. Se construyó a principios del S. XIX y estaba destinado a ser colegio de sacerdotes, pero el edificio quedo inacabado. Su periodo como convento fue breve ya que tras la Desamortización fue destinado a diversos usos, desde cuartel militar hasta prisión, que durante la posguerra vivió sus más oscuros momentos.
Adosado al edificio se encuentra la iglesia de de Nra. Sra. de Monteolivete, del S. XVIII, que da nombre al barrio.
Un vistazo a los muros exteriores de la Iglesia de Santa Catalina revelan detalles que pueden resultarnos curiosos si nos fijamos en ellos.
Posiblemente, el más llamativo de ellos es el de la escultura de la cabeza decapitada de un obispo desconocido.
Se encuentra en uno de los arcos ojivales de la fachada recayente a la plaza de Lope de Vega. Estos arcos corresponden a los antiguos arcosolios (capillas sepulcrales) que fueron cegados durante el S. XVIII utilizando diversos materiales de relleno, incluyendo fragmentos de esculturas góticas.
La cabeza de piedra en realidad es una réplica que sustituyó a la original (posiblemente del S. XV) durante los trabajos de restauración del templo.
Se da la circunstancia, que la cabeza original, custodiada en una vitrina dentro de la iglesia fue robada con nocturnidad y alevosía en 2005.
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