El Ayuntamiento de Valencia acaba de editar -dentro de su colección de guías literarias- una titulada Blanquina March i la València jueva, en la cual Marilda Azulay -doctora arquitecta y especialista en cultura judía- nos lleva de la mano de Blanquina March, madre del insigne humanista Juan Luis Vives, por un recorrido a través de los lugares donde estuvo situada la judería de Valencia. El texto de la guía se encuentra acompañado de fotografías, planos y documentos que nos sitúan históricamente en el entorno y que nos permite hacernos una idea de cómo fue y como se vivía en el call valenciano.
Para nosotros ha sido un placer el poder ceder para esta guía dos fotografías de la antigua calle de Cristòfol Soler, el único resto que se conserva de la época, embebido en un patio de manzana entre la iglesia de San Juan del Hospital y el palacio de Valeriola. Un enclave que, por su historia, conservación y ubicación oculta, siempre hemos considerado uno de los rincones más insólitos de nuestra ciudad.
Durante la Noche de Difuntos, víspera de Todos los Santos, siempre ha existido la costumbre de contar historias de terror imaginarias. O reales…como aquel suceso espeluznante que acaeció a principios del siglo XIX en la calle de Cerrajeros (o dels Manyans), en el entorno de la plaza del Mercado.
El cronista Pau Carsí afirmaba en uno de sus dietarios que en esta calle un barbero regentaba un establecimiento en el cual asesinaba a los incautos que entraban a afeitarse para robarles y luego con su carne se elaboraban pasteles que se vendían en una pastelería próxima.
Son evidentes los paralelismos con su coetáneo inglés, el legendario Sweeney Todd, el barbero diabólico de Fleet Street, que inspiró un musical a Stephen Sondheim y la posterior adaptación cinematográfica de Tim Burton protagonizada por Johhny Depp.
No importa las veces que deambules por sus calles, transites por sus plazas o pasees por sus parques, nunca se termina de conocer Valencia. La ciudad sigue deparando lugares curiosos, rincones ocultos y edificios que guardan secretos. Pero también espacios cotidianos en los que nos movemos habitualmente sin tener constancia de su importancia histórica, artística o arquitectónica. Todos ellos, los espacios conocidos y los inéditos, los sitios escondidos y los que forman parte de nuestro entorno habitual, merecen ser (re)descubiertos. Es hora de retomar el camino y de volver a sumergirte sin rumbo fijo por esa VALENCIA INSÓLITA que nunca deja de sorprendernos.
Por ello, es todo un placer anunciar que dentro de pocas semanas saldrá a la venta el segundo volumen de nuestro libro LA VALENCIA INSÓLITA, una obra con cientos de fotografías, colaboradores de lujo y que, además en su parte final –y al igual que ya hicimos en el volumen anterior con el capítulo dedicado a “La Valencia Cinematográfica”- abordamos por primera vez, y de un modo muy visual, uno de los aspectos más fascinantes de nuestra ciudad, pero que todavía no ha sido tratado con profundidad a nivel editorial.
Esperamos que disfrutéis del libro tanto como nosotros preparándolo.
Tal día como hoy, el 14 de Octubre de 1957, se produjo aquella trágica riada que ha marcado la memoria de los valencianos. Como recordatorio de la catástrofe han quedado a lo largo de la ciudad una serie de placas cerámicas o metálicas que indican el nivel que alcanzaron las aguas.
Una de ellas podemos encontrarla en el exterior de esa curiosa construcción antigua que asoma tímidamente entre las moles futuristas del Ágora y del puente del Azud del Oro (o “El Jamonero”, si se prefiere su acepción popular). Dicha construcción corresponde a la casa de compuertas y a un pequeño tramo del azud de la acequia del Oro, que precisamente da nombre al puente que se eleva por encima. Un azud es una barrera que eleva el nivel de agua de un rio para desviar parte de su caudal a una acequia de riego. La acequia del Oro recibe ese nombre de manera irónica ya que al estar situada en el tramo final de rio recogía todo el detritus de la ciudad, y aquello para los regantes era “oro”, ya que al regar los campos de paso también los abonaba.
Hoy celebramos la festividad del 9 de Octubre, con la figura del rey Jaume I como icono recurrente. Como recuerdo, el conquistador cuenta en Valencia con una estatua ecuestre en el Parterre y con una calle modesta y estrecha en el casco antiguo, que muchos cuestionan que no es merecedora de la talla de la figura histórica a la que está dedicada.
Puede que no les falte razón, pero esta calle y sus adyacentes- rotuladas precisamente como Conquista y Moro Zeit, en honor al último gobernador almohade de Valencia- son un hito urbanístico , ya que forman parte de la que posiblemente sea la primera operación inmobiliaria llevada a cabo en la ciudad, lo que hoy conocemos como un P.A.I. (Plan de Actuación Integral).
En el espacio delimitado por las actuales calles de Murillo, Palomar, Quart y Bolsería existió el importante convento de la Puridad, fundado en 1239, tras la entrada de Jaume I en Valencia. Tras su desamortización en 1836, fue derribado, y sobre su solar se desarrolló una operación urbanística (y especulativa) consistente en la creación y apertura de las calles Moro Zeit, Conquista y Rey Don Jaime. El resultado fue un conjunto de edificios residenciales finalizado por el arquitecto Antonino Sancho en 1850, para la burguesía acomodada de la época, que por entonces empezaba a buscar vivienda en distinta ubicación a la de sus lugares de trabajo, en contraposición a las tradicionales vivienda-taller que habían imperado hasta el momento.
Al igual que las zonas residenciales actuales, el conjunto tiene un carácter unitario, con edificios entre medianeras, con idéntica fachada y similar distribución interior.
Comienza la nueva temporada de La Noche con Rosa Rosado de la Cadena Cope, y volvemos a colaborar en el espacio cultural que José Talavera dedica a las leyendas españolas. En está ocasión, hablaremos de Los Endemoniados de la Balma, una leyenda que no es tal.
La Noche con Rosa Rosado se emite a nivel nacional desde la 1.30 a las 6 de la madrugada del viernes al sábado. El espacio dedicado a las leyendas empieza aproximadamente sobre las 3. Desde Valencia podemos escucharlo en el dial 93.1 de la FM
¿Quién no se ha emocionado alguna vez escuchando La Maredeueta de Concha Piquer? Una trágica historia de amor y redención compuesta en los años 20 por Manuel Penella para una Conchita Piquer en los albores de su trayectoria artística, que captura magistralmente todo el fervor popular que el pueblo valenciano vuelca sobre su patrona, la Virgen de los Desamparados, festividad que hoy celebramos.
Concha Piquer, una de las grandes voces de la música española y valenciana universal, nos legó un compendio de coplas que han quedado enraizadas en la memoria de generaciones: Ojos verdes, Tatuaje, En tierra extraña, La Lirio, Romance de Valentía…. La tonadillera nació en la calle Ruaya, en el barrio de Sagunto, en una casa hoy convertida en museo. La casa fue construida sobre el año 1900 y responde a la tipología de vivienda unifamiliar de clase obrera, con planta baja y piso. En su interior contrasta la sencillez del mobiliario de una casa humilde similar a tantas otras de la época con el glamour y oropel de los objetos expuestos pertenecientes a la carrera profesional de la artista: indumentaria, joyas, fotografías, una recreación de su camerino y –como no- los famosos “baules de la Piquer”.
Una curiosidad: Concha Piquer también cantó una copla a ritmo de zambra con letra de Rafael de León y música del maestro Solano llamada 13 de Mayo…que casualmente es la fecha de hoy.
Este fin de semana se estrena la nueva película de Los Vengadores, la famosa y rentable saga de superhéroes ideada por la Marvel. Iron Man, Hulk, Capitán América, Spiderman y demás tienen como sede un rascacielos conocido como Torre Stark, reconocible por su logotipo consistente en una característica letra A mayúscula (A de Avengers), encerrada en un circulo.
En teoría, el rascacielos se encuentra en Nueva York, pero si paseamos por la zona de Nou Campanar nos toparemos con un edificio que luce en su fachada un logotipo con un sorprendente parecido con el de la Torre Stark. ¿Acaso Los Vengadores tienen aquí una sucursal donde trasladarse en el supuesto de que los supervillanos ataquen su sede principal?
Y es que deambular por Valencia nos permite hallar, además de vestigios históricos, artísticos o etnológicos, estos pequeños placeres frikis.
Puede que cuando pasemos por la calle de Hernán Cortés reparemos en una fachada con un rótulo escrito con una tipografía art-decó muy característica que igual ya hemos visto en otros puntos de la ciudad como son los refugios antiaéreos de la Guerra Civil o la Sala Jerusalem. Dicho rótulo nos recuerda que en dicho lugar se encontraba el Cine Metropol, una sala diseñada por Javier Goerlich e inaugurada en 1934 aprovechando los bajos de un edificio construido en 1880. Durante casi siete décadas, este cine alternó películas de estreno, reestreno y programas de cine-estudio hasta que un incendio provocó su cierre en 2001.
Aunque no es el cometido de este blog, si me lo permitís, hoy os quiero contar una anécdota personal sobre esta sala de cine, que para mí supuso una de las experiencias cinematográficas más insólitas que como espectador he podido vivir.
Proyectaban aquel día un programa doble de películas de terror. Una de ellas era una producción titulada Demons dirigida por Lamberto Bava en 1985. El argumento de la película trataba de un grupo de personas que iban al cine a ver una película de terror y lo que sucedía en la pantalla poco a poco se iba repitiendo en el patio de butacas. Si no era suficientemente metacinematográfico e inquietante ir al cine a ver una película de “unos que iban al cine a ver una película y les pasaba lo mismo que les pasaba a los de la película” resultó que además la sala de cine que aparecía en las imágenes se llamaba…!Metropol! Pero lo mejor (o lo peor, según se mire) vino luego, cuando en un momento álgido de la proyección se produjo un apagón que dejó en la más completa oscuridad la sala, incluyendo pantalla y luces de emergencia. Durante unos interminables minutos, la gente asustada se puso a gritar frenéticamente hasta que volvieron las luces y la proyección se reanudó como si nada hubiese pasado.
Esta historia de terror la recuerdo con mucho cariño, pero mucho me temo que la autentica historia de terror que está a punto de suceder no la recordaré con tanto agrado, porque el Cine Metropol va a ser pronto derribado para construir un hotel. De nada sirven los valores artísticos de su estilo art-decó, ni de que se trate de un proyecto de un arquitecto prestigioso como Goerlich, ni mucho menos la memoria sentimental de varias generaciones de cinéfilos valencianos. El Cine Metropol va a ser asesinado como en las películas de miedo, porque por desgracia la realidad siempre es más terrorífica que la ficción.
Nueva colaboración en La Noche con Rosa Rosado de la Cadena Cope, en el espacio que José Talavera dedica a las leyendas españolas. Aprovechando la cercanía dde la Semana Santa, conversamos sobre el Santo Cáliz de la Catedral de Valencia.
La Noche con Rosa Rosado se emite a nivel nacional desde la 1.30 a las 6 de la madrugada del viernes al sábado. El espacio dedicado a las leyendas empieza aproximadamente sobre las 3. Desde Valencia podemos escucharlo en el dial 93.1 de la FM
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