Pasear por la huerta siempre es motivo de satisfacción. Ese sano contacto con la naturaleza supone, además, una fuente de conocimiento y de descubrimientos singulares. Acequias, molinos, ermitas… conforman un patrimonio etnológico muy valioso que se remontan a tiempos inmemoriales. Antiguos elementos de señalización como son los mojones de delimitación del término municipal, por ejemplo, son vestigios que evocan la época foral.
Un rosario de pedres de fita delimita el tramo del camino de Almàssera a Meliana que limita con la pedanía de Cases de Bárcena. Son pequeños bloques de piedra caliza del siglo XVIII, algunos de ellos con el escudo de Valencia en su cara exterior.
En la huerta sur, y concretamente en el entorno del Parque Natural de la Albufera, se conservan cuatro mojones de deslinde del periodo en el cual el lago perteneció al patrimonio de la Corona Real. Tres de ellos, de planta triangular, son de 1761, y el cuarto, de forma prismática, data de 1807 y bien pudiera representar un traspaso territorial de la Corona a Manuel Godoy, ministro de Carlos IV.
Un patrimonio que si no lo conservamos, corre riesgo en convertirse en tan solo un hermoso recuerdo.