En la plaza de Mossen Sorell, justo donde actualmente se encuentra el mercado, existió un palacio que perteneció al influyente linaje valenciano de los Sorell. Construido a mediados del S. XV en estilo gótico fue uno de los palacios más bellos de nuestra ciudad. En el S. XIX sufrió un pavoroso incendio que lo sumió en la ruina. Cuando finalmente fue derribado solo algunos de sus elementos arquitectónicos se salvaron. Entre ellos tres portadas flamígeras (La principal, la de la capilla y la de la Sala Noble) que fueron a parar, respectivamente, a destinos tan dispares como la Galería Parmeggiani de Regio Emilia en Italia, el Museo del Louvre en París y el Museo de Cerámica de Manises.