Todavía es posible encontrar en Valencia estampas tan insólitas como la de esta humilde casita que sobrevive a duras penas totalmente rodeada de gigantescos bloques de viviendas.
La casita es el último vestigio que queda del “Camí Vell de Benimaclet” y se encuentra enclavada en medio de la zona peatonal que hay en el interior de la manzana delimitada por la avenida de Menéndez y Pelayo, la plaza del Profesor Tamarit Olmos y las calles de Álvaro de Bazán y Jaume Roig.
Sirve de sede a una asociación cultural.