Ya os hemos hablado en alguna ocasión del Casino del Americano, el palacete del S. XIX situado al final de la avenida de Burjassot. Un edificio que, pese a su valor arquitectónico y paisajístico, se encuentra abandonado y en estado ruinoso desde hace varios años. Debido a la falta de material grafico y basándose en testimonios de personas que estuvieron en el edificio principalmente en la época en que este se utilizaba como bar de copas, se ha especulado mucho sobre como era la decoración de su interior. Se ha afirmado, por ejemplo, de la existencia de pinturas murales dedicadas a los conquistadores de América, dado el origen indiano del propietario que mandó construir el palacete.
Pues bien, ayer tuvimos la oportunidad de salir de dudas durante una visita que realizamos con los compañeros de Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural. Como preveíamos, su interior se encuentra totalmente arrasado y presenta un aspecto tenebroso (con “aparición espectral” incluida). Pocos elementos ornamentales se han salvado del expolio, salvo detalles como la chimenea del salón principal, relieves de escayola con motivos mitológicos o fragmentos de pavimento.
Pero milagrosamente, las pinturas murales a las que hacíamos referencia aun se conservan y en relativo buen estado. Se trata de cuatro pinturas que adornan las pechinas de la cúpula circular que cierra el hueco de escalera y que se encuentra integrada en el torreón central. Para nuestra sorpresa, pudimos descubrir que en contra de lo que sabíamos hasta ahora, dichas pinturas no están dedicadas a los conquistadores de América, por lo menos en parte. En realidad se hayan representados cuatro personajes fundamentales de la historia española de los siglos XV al XVII: Miguel de Cervantes, Diego Velázquez, Gonzalo de Córdoba y Cristóbal Colón.
Pese a la tristeza causada por el total abandono del edificio, nos sentimos orgullosos de haber contribuido aunque sea mínimamente al esclarecimiento de este misterio y por poner al día a todas aquellas personas que durante todo este tiempo nos han preguntado interesándose por esta joya de la arquitectura burguesa valenciana.
Ahora solo nos queda esperar que las instituciones correspondientes procedan al rehabilitación del conjunto y de que una vez por todas lo integren, como está previsto, en el Parque de Benicalap.