En la parte central del complejo cultural “La Beneficencia” se encuentra uno de esos lugares de belleza deslumbrante pero a la vez poco conocidos de nuestra ciudad. Se trata de la capilla que fue de este gran edificio que en origen estuvo dedicado a labores de caridad.
La capilla fue diseñada por el arquitecto Belda en 1883 en estilo neobizantino, siguiendo la moda historicista de la época (al igual que el neogótico o el neomudejar) de imitar estilos arquitectónicos antiguos. Se trató de recrear el estilo bizantino que durante toda la Edad Media nos dejó joyas del patrimonio mundial como Santa Sofía en Estambul o la Catedral de San Marcos en Venecia. Y es fácil transportarnos a aquella época cuando entramos en su interior, gracias a la fastuosa decoración de tonos dorados, mosaicos, y pinturas de Antonio Cortina.
Actualmente el edificio se denomina “Sala Alfons el Magnànim” y se utiliza para conciertos de música y otros actos culturales.